viernes, 14 de agosto de 2020

Montaigne, un relato: Thomas Bernhard

 A fin de ahorrarle tiempo al hipotético lector, me limito a exponer, de manera esquemática, algunos puntos sobre esta obra:

  • "Montaige, un relato" se inserta dentro de una colección de relatos (Goethe se muere) cuyos temas medulares son: la huida, la rebeldía: contra la tradición literaria alemana ("Goethe se muere"), la familia (los progenitores, en concreto) ("Montaigne" y "Reencuentro") y Austria ("Ardía...")

  • Estilo: empleo (característico de su obra en general, y que en las traducciones al español sufre menoscabo) del discurso indirecto y la repetición incesante de frases: ¿pura retórica? ¿Ironía? ¿Énfasis de la filiación teatral del autor?. En "Montaigne", como elemento "añadido", se puede ver una serie de cesuras que dan paso a un cambio constante de narrador. Comienza con la 1. p.sg (huí), después la 1. p.pl (se nos recuerda...), la 2. p.sg (te llevaron a los bosques, les has dicho...) y finalmente vuelve a la 1. p.pl (queremos huir...) que se "fusiona" irremediablemente con un "ellos" (los progenitores): Entonces aguardamos sólo el instante en que nos asfixiaremos.
  • Narrador de "naturaleza elíptica": carencia de información relativa a la condición del personaje, alguna posible enfermedad, ¿invalidez? ¿enfermedad mental?
  • ¿Es pertinente la aproximación psicológica al relato? ¿Detrás del odio se eleva el clamor por el esquivo amor paterno?

  • Bernhard: a mayor aridez de estilo, más riqueza de ideas: las joyas que representan algunas frases lapidarias, certeras, verdaderos dardos al corazón, ¿justifican la lectura? ¿Al autor?

  • ¿Qué papel tiene el autor Montaigne aquí? ¿Superioridad de la tradición de pensamiento francesa sobre la germana?

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. En general estoy de acuerdo. Sin duda se me escapan varias cosas por la traducción. Ese cambio de narrador en inglés no existe y me deja intrigado. Esas cesuras son muy bernhardianas (su afición por la Música con mayúscula es harto conocida) y sin ellas la repetición sería pura palabrería. La elipsis es parte consustancial de la Música del siglo XX. Yo la llamé aposiopesis en mi comentario (que no es lo mismo pero es igual, como dirían los clásicos), y también la encuentro más que como un condimento, una hierba digestiva, indispensable para no abotgarse con los textos de Bernhard.

    Tampoco había encontrado un sentido a Montaigne pero me parece muy acertada esa hipótesis de asignarle un papel subversivo y provocador, al menos de superioridad frente (desprecio por) a la cultura germana (y más como señala, usted, en este libro claramente [anti] goethiano.

    Me gustaría extenderme un poco más con el asunto de la repetición (la repetición, nos dijeron, era el signo posmoderno par excellence...) pero diré solamente que aunque cansina, es llevada por Bernhard a la categoría de estilo y no como un mero tic en tantos escritores mediocres que pululan por ahí. Pienso también en Broch, ese coloso de la literatura teutona el siglo pasado, donde la repetición desemboca en un río, en un lago, en la mar abierta. La iteración en Bernhard, es interesante notarlo, desemboca en un riachuelo, un charquito, un río seco estancado de aguas negras. De ahí el humor. De ahí que me parezca más "digerible" con todo y todo, que el autor de ese librazo llamado La muerte de Virgilio.

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